Buby

Erase una vez Argentina, donde un hombre desarrolló un producto en pequeña escala y se convirtió en la fabrica más importante de autos en miniatura en Argentina.

Los modelos Buby nacieron en una casa familiar de Haroldo Mahler en Ranelagh, zona residencial situada en el sur del Gran Buenos Aires, Argentina, que gradualmente se transformó en usina para dar respuesta a normas de importación limitativas. Fueron más originales juguetes que buenos modelos en escala, y evolucionaron mucho durante la década de los años 60, utilizando la mejor tecnología y materiales disponibles en aquel entonces.

Durante ese período se incorporaron a la línea los modelos fabricados por las automotrices internacionales radicadas en el país. Algunas de estas réplicas, transmitiendo una respetuosa fidelidad al original, resultaron modelos únicos en el mercado mundial.

En los comienzos de la década de los ’70 fue necesario incursionar comercialmente en una escala más pequeña debido a la producción proveniente de marcas europeas. Para cumplir con este objetivo se creó una planta modelo en la provincia de Córdoba, en la localidad de Villa General Belgrano, distante unos 800 kilómetros de Buenos Aires. Dado que por razones de localización no era posible la subcontratación, Buby integró bajo un mismo techo todos los procesos de fabricación. La performance más notable de esta planta fue la creación de una verdadera escuela de matricería, dotada de un parque de máquinas que en aquel entonces fue reconocido como de última generación tecnológica. Fue un gran aporte para la comunidad local, industrialmente aislada, ya que muchos de los técnicos formados o perfeccionados allí trabajan actualmente en las matricerías proveedoras de las automotrices radicadas en la provincia.

La primitiva fábrica de Ranelagh había sido remodelada para procesar las piezas de los modelos en escala 1:43 provenientes de la planta de Córdoba. Al mismo tiempo continuaban ensamblándose los modelos que llegaban en piezas sueltas desde Francia, de acuerdo al convenio comercial con la firma Solido, que dio origen a los modelos conocidos como Buby-Solido. Los avatares coyunturales de la Argentina, agravados por constantes impulsos inflacionarios, alcanzaron su máxima expresión a fin de la década, determinando el cese de las actividades, tanto en Córdoba como en Buenos Aires.

Poco tiempo después, a principios de 1982, se unificaría la producción en una nueva fábrica situada en la localidad de Don Torcuato, a 40 kilómetros de Buenos Aires. Esta planta alcanzó una producción de más de 200.000 unidades mensuales en la escala 1:64.

A partir del año 1987 comenzó el desarrollo y la producción de los magníficos ejemplares de modelos Collector’s Classic, reproducciones numeradas de alta calidad, destinadas exclusivamente a coleccionistas, y que no se encuentran incluídas en este libro. Para las industrias transformadoras de materia prima relativamente compleja como la que requiere la producción de modelos en escala, el contexto internacional poco favorable hizo necesaria la búsqueda de nuevas fórmulas para continuar la producción luego del cierre de esta nueva planta en marzo de 1993.

Es así como en 1995 vimos aparecer el Renault 19 y nuevos ejemplares de la línea «Mini-Buby». Es evidente que luego de toda esta trayectoria, La Historia de Buby merece ocupar un lugar entre las grandes marcas de automóviles de colección.

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